Capitulo 0: Introducción
Esa luz sin una forma definida, vago durante un gran tiempo indeterminado, intento llegar a los límites del único sitio donde no existía uno, lo único que la rodeaban eran esas pequeñas luces que hacían de sus guías. La luz sintió por un momento algo diferente a su indiferencia, sintió desesperación de que todo lugar al que fuera, era totalmente igual, empezó a volar en círculos de forma repetida hasta que por accidente creo un universo entero que brillaba con luz propia. La luz al presenciar lo que había logrado, intento hacerlo de nuevo, creando un universo totalmente diferente del primero, empezó a hacerlo millones de veces más hasta llenar ese repetitivo y oscuro lugar con colores, la luz empezó a tomarse más enserio su existencia deseando dotar de vida cada rincón por donde estuviera, comenzó a crear, galaxias brillantes, planetas coloridos y muchos otros cuerpos cósmicos como agujeros negros, cúmulos de estrellas, etc. Sus creaciones son tan infinitas que muchas de ellas no han sido descubiertas por el ser humano actual y este jamás las podrá conocer, pero para que haya creación debe haber destrucción, tantas pruebas y errores, todo lo que no le gustara, lo moldeaba hasta hacer algo totalmente nuevo o lo borraba para iniciar desde cero, millones de cuerpos fueron destruidos y nunca se sabrá como eran originalmente.
El tiempo paso y empezó a centrarse en los infinitos planetas que había creado, diseñando distintos seres vivos que pudieran habitar los paisajes tan únicos que creo para cada masa creada por ella, cada uno contenía a una raza más desarrollada que la anterior gracias a todo lo que aprendía la luz, hasta que llego a una de sus galaxias más pequeñas y se detuvo en uno de los últimos planetas que había creado, conocido actualmente como "La Tierra". Ahí decidió crear al que se convertiría en el hogar del ser vivo más desarrollado de los que haya creado, el humano, pero aún no llegamos a ese punto.
El ser de luz era capaz de hacer lo que quisiera en ese último planeta rodeado de fuego, con tan solo pararse en la superficie de esa masa de tierra, apago todas las llamas, para empezar a moldear todo lo que llegara a su imaginación, en su primer intento había creado seres gigantes y praderas verdes pero un meteorito los destruyo todo, obligándola a iniciar desde cero con ese planeta, en su segundo intento, protegió a ese pequeño planeta con firmeza e hizo a sus primeras criaturas vivientes para esa lugar: los animales, experimento con las formas más extrañas hasta crear criaturas inteligentes, agiles y preciosas, luego para darles un hogar y alimento, creó los secos bosques, los calientes desiertos, los bastos océanos, las grandes selvas o las enormes montañas. Logro llenar todo ese lugar con colores brillantes, su inspiración era tanta que llego al punto de experimentar con si misma, moldeo una forma física basándose en la naturaleza y en los animales, sus manos, su cabello, su piel o sus ojos, dándose también la capacidad de ser fértil para que flores nacieran de ella, se había convertido en la primera mujer y la primera humana.
Ahora tenía su propio cuerpo humano, de cabello azul como el mar y piel blanca como la nieve, la mujer se usó como base y utilizo su sangre y huesos como materiales, de estos nacieron los primeros hombres y las primeras mujeres, moldeados a su propia imagen, experimentando con nuevos colores, tamaños y formas, basando en la naturaleza para hacerlos diversos y únicos. Hizo infinitos moldes y al haber nacido de ella, heredaron su fertilidad y su parte animal, mutando en lo que sería conocido como "la genética bestia" y "la genética natural", los humanos nacían con garras, plumas o escamas, mientras que otros nacían con pétalos en vez de cabello. La mujer estaba muy orgullosa de lo que había hecho, pero también estaba muy cansada después de haber creado todo este nuevo mundo que era totalmente precioso a sus ojos, tanto era su agotamiento que durmió durante años para poder descansar...
Décadas después la mujer despertó de lo que para ella fueron unas horas y descubrió que sus hijos evolucionaron, ahora tenían ciudades y sistemas complejos, estaba impresionada. Ella investigó el nuevo pensar de sus hijos y fue encantada con todos los cuentos y mitos que ellos crearon, queriendo hacerlos realidad, utilizo como inspiraciones, pinturas, escritos, estatuas, para crear sus cuerpos surreales, haciéndolos iguales pero distintos de los humanos al mismo tiempo, los moldeo y les dio características únicas, sangre dorada, grandes tamaños, etc. Además de crear a criaturas mágicas y seres poderosos, les dio vida a los dioses de diferentes culturas: nórdicos, sintoístas, hindúes, griegos, indígenas, etc. Los convirtió en los seres más poderosos por debajo de ella, gracias a este acto, en los tiempos modernos es conocida como "La Madre de Dioses" y se le dio el título de Diosa, ella estaba tan alegre con sus nuevas creaciones que decidió hacerles unos lugares especiales solo para ellos y pudieran vivir en paz y armonía, estos lugares especiales el inframundo, que se encontraba bajo la tierra humana y el olimpo, que estaría por encima de todo, los dioses se dividieron estos lugares pero la diosa madre decidió quedarse en la tierra de los mortales, el tiempo paso y más dioses fueron apareciendo, la diosa madre ayudaba a criarlos, les enseñaba todo lo que sabía y los guiaba con sabiduría y paciencia, esto hacia que varios la vieran con cariño y respeto, pero los dioses más poderosos a los que ella había nombrado como “ primordiales” estaban en desacuerdo con sus enseñanzas así que prohibieron que cualquier dios se acercara a ella, el tiempo paso y la diosa madre empezaba a sentir la falta de sus hijos, empezando a sentirse desconsolada al extrañarlos todos los días. Pronto se dio cuenta de que estaba... sola, tenía a los animales que la acompañaban siempre y a las estrellas, las únicas que la vieron nacer, pero sus hijos más queridos la alejaban, además de ser rechazada por los dioses, también fue rechazada por los humanos a los que tanto amaba, ella trataba de acercarse a ellos, pero la alejaban sin piedad, por más que ella cambiara su forma para parecer más humana, su tamaño, su color de cabello, su vestir, nada funcionaba, siempre la trataban de forma horrible, querían tomarla de prisionera o intentaban abusar de ella, allí fue cuando ella comprendió que todo bien tenía su mal y sus hijos no eran la excepción, teniendo un gran mal en su interior, así que poco a poco empezó a defenderse usando la naturaleza a su favor, aprendió a utilizarla a su antojo, sin limitaciones, pero con respeto y con fuerza para que fuera mortal, convirtiéndose en una luchadora tenaz, su fuerza se volvía mayor con cada lugar que pisaba, aprendiendo del humano y mejorando cada habilidad que aprendía, los pueblos guerreros fueron sus mayores exponentes, esto solo causo mucho más rechazo por parte de las deidades ya que la veían como una amenaza, pero varios otros la visitaban a escondidas pero con el miedo de que si los dioses primordiales los descubrían, tendrían castigos severos, la diosa madre era capaz de entrar a los lugares que ella misma había creado para los dioses pero era rechaza sin piedad, aunque sintió una pequeña muestra de cariño cuando le dieron un nombre: Creación.
Aunque Creación fuera un ser mucho más arriba de los dioses y humanos, era igual a ellos, una criatura que necesitaba socializar, intentando ganarse el cariño de sus creaciones, creó miles de constelaciones basándose en animales, en los dioses, en cosas humanas o historias, pero, aunque les diera las estrellas, nada funcionaba. Por su tristeza, catástrofes sucedieron, causando un mayor odio de parte de los dioses, ya que ellos eran los que tenían que supervisar que la tierra no fuera destruida, Creación causo tormentas por sus lágrimas, incendios o explosiones volcánicas causados por su furia, terremotos a causa de su inestabilidad y sequias por el daño que se acusaba a sí misma, solo era capaz de pensar en lo mala madre que era y se cuestionaba si estaba haciendo bien su trabajo y si no era así, si no era buena para lo único por lo que había nacido ¿para qué más serviría? “¿Lo estaré haciendo bien? ¿en que tendré que mejorar? ¿Siquiera soy buena para esto?” eran de las pocas cosas que se decía a si misma día tras día, al parecer, hasta el ser más poderoso de la realidad se enfrentaba a las consecuencias de lo peor que había creado: la soledad.
Creación en un momento llego a un clímax, queriendo dejar de dañar a sus hijos, se le ocurrió una idea para ya no estar sola, basándose en lo que veía diariamente de los humanos, familias unidas que darían lo que fuera por su propia sangre, en ellos se veía un amor tan puro, queriendo sentir lo mismo y transmitirlo también, decidió crear seres parecidos a ella e iba a tratar que estos la quisieran por cariño verdadero y no solo porque ella los haya creado, quería que repartieran paz por el mundo mortal e inmortal, pero también quería que fueran fuertes para que nada ni nadie las intimidara, así fue como durante civilizaciones como los Sumerios o los Mesopotámicos, creó a quienes serían conocidas en la actualidad como "las Primeras Diez". Ellas serían nueve diosas (Junto a Creación siendo diez) muy poderosas, estando al nivel de otros dioses como Zeus u Odín, capaces de controlar los elementos, Creación las diseño con cuerpos parecidos a los de los humanos pero siendo inmortales ante el tiempo pero no ante las heridas, estas diosas eran Estrella, Corazón, Diamante y Bestia, Creación a estos cuatro las consideraba su familia más cercana, los trato con cariño y los cuido siempre, gracias a esto, los cuatro se sintieron muy conectados a ella, empezando a llamarse entre ellos “hermanas y hermano”. Después creo a tres diosas que representaban diferentes sentimientos humanos. La primera a la que llamo Felicidad, a la segunda la nombro Tristeza y a la ultima la nombro Miedo, Creación a estas tres les enseño a cómo llevarse bien y cuidarse entre ellas, haciendo que estas desarrollaran una gran conexión, como parte final, Creación moldeo a Infinito y a Alma, dos diosas que se complementaban entre si, Creación las cuido y les enseño todo lo que sabía para que se guiaran entre ellas con sabiduría, la diosa mayor estaba feliz por ver lo que había logrado hacer, educo a las nueve diosas en el arte y el combate, pero lo hizo con amor y paciencia, volviéndose las diez una gran y unida familia, durante años se divirtieron ellas diez solas, cantando, bailando y jugando. Para Creación, esas ocho mujeres y ese joven chico, se habían ganado su corazón y quería hacer todo lo que estuviera en sus manos para protegerlos, se habían convertido en su mundo entero, su forma de mostrarles amor era cantándoles canciones de cuna con su voz celestial y regalarles flores a montones, todas las diosas jóvenes, la apreciaban mucho por todo lo que había hecho por ellas, estaban dispuestas a acompañarla hasta el fin de los tiempos y devolver ese cariño que les brindó de toda manera posible, incluso si tenían que dar la vida por ella.
Un día, las nueve diosas jóvenes, propusieron la idea de que Creación creara más familia, la Diosa Madre aceptó encantada la idea así que creo un lugar especial en la tierra, solamente para ellas, escondido tanto del ojo humano como de los dioses, para luego moldear a más de sus hijas basadas en lo que fuera creando el humano y usando la misma fórmula base que uso para el cuerpo de las nueve primeras, se inspiró en cosas pacificas como la Música, el Amor y la Medicina, pero también cosas que traían temor como la Tortura, el Asesinato o el Robo, hubo muchas más a través de los años y a todas las quiso por igual, las cuidó incondicionalmente y las educo en la paz y la guerra. Durante años, Creación junto a toda su nueva familia fueron formando poco a poco el mundo que todos conocemos al día de hoy, cuidando a los humanos pero también tratándolos con mano dura si era necesario, pero a la vez formaban un lazo inquebrantable entre ellas, el lazo entre una madre y sus hijas, Creación las entrenaba todos los días para que fueran fuertes guerreras, defensoras rudas o excelentes curanderas pero siempre tratándolas con cariño y paciencia, creando una cultura propia para todas ellas, como si fueran un pueblo más, quería que se sintieran especiales y únicas en el mundo, aunque a los ojos de Creación, ellas ya eran especiales y únicas, eran sus queridas niñas.
Todo era perfecto, todas las diosas jugaban y reían felices, día tras día, Creación todas las noches les cantaba canciones de cuna para que se sintieran seguras y amadas, eran una gran familia inseparable y hasta varios dioses envidiaban su unión, sin embargo... un día en el “año 0” todas se encontraban tranquilas, Creación estaba en medio de ellas, cuidándolas y jugando con ellas, pero una de las diosas vio a lo lejos como una figura oscura y gigante se acercaba a gran velocidad. Fue capaz de ver cómo esta criatura tenía el cuerpo sin vida de una de sus compañeras entre las manos, la diosa intentó avisarle al resto de su familia para que se alejaran y a la vez correr por su propia vida, pero la criatura la tomó de la cabeza explotándola con solo cerrar su puño, dejando caer el cuerpo de la pobre mujer, el monstruo luego se dirigió directamente a Creación, esta se levantó de inmediato y empezó a forcejear con el monstruo pero este la atacó en la cabeza golpeándola contra el suelo dejándola inconsciente y dejando a las diosas indefensas.
Al ver todo esto todas se aterraron pensando que su madre había muerto, las más débiles trataban de huir, intentando salvar sus vidas y salvar las de sus compañeras, mientras que las más fuertes se enfrentaban a la criatura para tratar de pararla y vengar a Creación, pero la criatura logro atrapar a cada una de ellas, todas caían al suelo tras haber sido asesinadas de maneras horribles, siendo golpeadas repetidamente contra el suelo, siendo degolladas, siendo destrozadas en pedazos, dejadas para que desangraran lenta y dolorosamente, golpeadas una contra la otra o las que intentaron huir por los árboles fueron atrapadas y clavadas en las ramas, ninguna pudo salir de allí con vida, Las Primeras nueve intentaron derribar a la criatura y aunque parecían estar cerca de lograrlo, cayeron muertas junto al resto de sus compañeras.
Era una escena devastadora, muchas vidas de la raza de los dioses se perdieron ese día, exceptuando la de Creación... Unas horas después la madre despertó, estaba aturdida y tenía los oídos tapados, cuando logro volver en si, reconoció la horrible escena que la rodeaba, capaz solamente de encontrar uno tras otro todos los cadáveres destrozados de sus seres más amados: sus hijas. Su familia entera ya no estaba y solo quedaban sus cuerpos, vacíos como cascarones. No había palabras para describir lo que sentía en ese momento, tal vez tristeza, impotencia o dolor, pensando en cómo fallo en el único trabajo que tenía, no había podido protegerlas, estaba perdida dentro de su mente, no sabía qué hacer, veía todo borroso y su cuerpo temblaba, pero se forzó a ignorar todo lo que sentía física y mentalmente en ese momento y empezó a correr entre los cadáveres, sollozando y gritando los nombres de sus hijas, con la esperanza de recibir alguna respuesta, pero a pesar de sus esfuerzos... No era capaz de oír nada, era solo un silencio tétrico con el ambiente llenó de muerte y pintado de la sangre de las diosas, poco a poco sentía como su mundo se desmoronaba, los pilares que la sostenían ya no estaban y ella lo sabía, pero quería negar todo.
En el fondo del frondoso bosque, pudo escuchar algo: quejidos, quejidos por parte de una de sus hermanas menores, Diamante, la diosa se encontraba muy débil gracias a las heridas que le causo la criatura al enfrentarla, hizo todo lo que pudo para aferrarse a la vida, pero su cuerpo ya no aguantaba más, su tiempo se acababa. Creación apenas la escucho, se acercó rápidamente para revisarla e intentar salvarla, pero no había nada que pudiera hacer, sus manos temblaban sin parar por el pánico, no sabía qué hacer y estaba desesperada, nunca imagino ver a su hermana menor moribunda en el suelo, perdiendo poco a poco el color rosa de su piel siendo cambiado a un gris tétrico
—Hermana... no pude hacer nada para protegerlas, es mi culpa, es totalmente mi culpa que todas ustedes ya no estén... lo lamento tanto, perdóname, sé que merezco todo castigo… si tan solo yo hubiera estado más alerta tal vez no estaríamos así, si tan solo yo... —decía la diosa mayor mientras lloraba sin parar. Diamante, con las pocas fuerzas que le quedaban, tomo la mano de Creación, queriendo tranquilizar a su hermana mayor
—No tienes la culpa de nada hermana, ninguna de nosotras pudo reaccionar a tiempo y ninguna pudo haber visto que esto iba a pasar... tarde o temprano algo así pasaría, los dioses somos inmortales ante el tiempo, pero la muerte siempre nos alcanzara…—dijo débilmente la diosa menor —Puedo ver el dolor en tus ojos, y me duele verte así. Siento el dolor de las demás sabiendo que ya no volveremos a estar juntas... Pero sé que nunca estarían enojadas contigo, yo no lo estoy y estoy feliz de haber vivido junto a criaturas tan maravillosas, incluyéndote… gracias por… todo…— termino de decir Diamante, la cual ya no pudo resistir el dolor físico, dejando salir su último aliento y el brillo en sus ojos se apagó, cayendo en los brazos de su hermana mayor y creadora, Creación al notar esto tomo con cuidado el rostro de Diamante para verla a los ojos e intentaba despertarla mientras gritaba su nombre, cada vez su desesperación era mayor y el miedo recorría su cuerpo entero al ver las cuencas apagadas de una de las luces que le dio sentido a su vida, entre sollozos, abrazó el cuerpo de su hermana menor, la hermana a la que le enseño a hablar, a caminar y a reír. Creación lloraba desconsoladamente, en un momento, soltó con cuidado el cuerpo de Diamante y se puso en pie con dificultad, pero sin poder aguantar mucho más su dolor, gritó con todas sus fuerzas hasta quebrar su garganta, el grito se escuchó por el mundo entero, por lo que los seres humanos de ese tiempo lo llamaron "el Grito de la Tierra", esta causo un terremoto de enormes magnitudes, el terremoto más fuerte sucedido en la historia de la humanidad y el cual casi acaba con la misma. Este grito fue tan fuerte que hasta llego a hacer un desastre en el Olimpo, el hogar de los dioses, estos mismos se encargaron de mantener la tierra en pie y salvar la vida humana.
Luego de desahogarse, Creación tomo cada uno de los cuerpos de sus hijas, los enterró con cuidado y paciencia, dejándole una flor diferente a cada una, con tan solo ver sus cuerpos dentro de huecos de tierra, sentía que miles de agujas se encajaban en su cuerpo, pero sabía que era lo mejor para que descansaran en paz, quería negar que todo esto estuviera pasando de verdad y solo era una simple pesadilla de cual tenía que despertar para verlas de nuevo con vida, pero sabía que eso era imposible.
Creación se dio cuenta de que… ya no tenía a nadie, estaba sola de nuevo, sus ojos se habían apagado gracias a su falta de esperanza, pero recordó las antiguas palabras de una de sus hijas “Oye mamá ¿nunca pensaste en crear una segunda oportunidad para vivir? La vida es muy frágil y corta, creo que sería una buena idea darles a los humanos una bendición así, si es que llegan a morir” Creación en su momento no le había tomado mucha importancia a esas palabras pero ahora, esas eran su última esperanza, entonces, como un último intento desesperado para recuperar a su familia, utilizo todo su poder para crear una bendición y dársela a todas sus hijas que ya hacían enterradas en el suelo, con sus poderes en un estado tan puro, era capaz de crear lo que quisiera, sea tangible o intangible, así fue capaz de crear "la Reencarnación": un don que le permitía a los muertos tener una segunda oportunidad de nacer y pisar de nuevo la tierra. Creación sabía que lo que hacía estaba mal al no dejar a sus hijas descansar en paz, pero lo único que pensaba en ese momento era el poder verlas de nuevo, oírlas reír y cantar otra vez, para compensar lo que no pudo hacer en ese momento: protegerlas. Luego de brindarles a todas sus niñas la bendición, lo único que podía hacer era esperar, arre costándose contra a un árbol, tras haber utilizado todo su poder, su cuerpo estaba muy débil y su mente estaba agotada, si con suerte podría mantenerse en pie, pero les dirigió unas últimas palabras a sus hijas:
—Lo lamento tanto… esto muy egoísta, pero... no me imagino un mundo sin todas ustedes, las necesito a todas, las necesito junto a mí, prometo que las encontraré a todas y las reuniré, aunque sea lo último que haga, para que podamos volver a reír como siempre... Ustedes fueron las que por primera vez me hicieron sentirme apreciada de verdad, me mostraron lo que es ser amada... ojalá me perdonen algún día por lo que acabo de hacer... — luego de decir esto, Creación cayó rendida ante el cansancio, quedando dormida durante miles de años.
Las décadas pasaron hasta llegar a un 20 de noviembre del año 2000, un par de policías llegan a la casa de una clarividente famosa que decía ser capaz de hablar con dioses, muchos la consideraban una simple loca, pero los policías no podían negarse a acudir a su llamada.
—¿Qué es lo que quiere señora? No tenemos tiempo para estupideces— dijo el policía más viejo, el cual ya se quería retirar, ese lugar le daba mala espina y un escalofrió recorrió su cuerpo al escuchar a la vieja mujer murmurar. Ambos agentes se quedan perplejos al ver como la señora lanzó arena roja al aire y esta empezaba a moverse, representando lo que ella decía.
—La llamada "Madre de dioses” volverá a caminar por esta tierra para reclamar su título de creadora, su regreso le traerá la salvación a toda la humanidad, vendrá a proteger de los más débiles y necesitados, mientras que castigara a todos aquellos que abusan de su poder y amenazan a todo aquello que ella moldeo desde cero, pero también se concentrara en traer de vuelta a sus queridas hijas para que vean de nuevo el lugar que la diosa hizo especialmente para ellas, sus palabras fueron claras, ella dijo: "Si no aprenden a las buenas, aceptando la paz, aprendiendo a amar y apreciar los que se les ha dado, aprenderán de la peor manera, siendo yo y mis hijas, las que decidiremos su destino, siendo la más muerte lenta su castigo"... — anunció la clarividente, con una mirada perdida.
—¿A qué se refiere? ¿Acaso nos quiere… advertir? —dijo el policía más joven, sin entender nada, se notaba que estaba asustado ya que nada de eso le parecía normal
—La Madre creadora volverá a pisar la tierra, cuando esto suceda, la tierra entera sufrirá un cambio, ya nada será igual, su regreso será la puerta para una nueva era para la humanidad, donde todos vivirán en paz, varios la querrán detener, pero ninguno la detendrá de cometer su objetivo: traer de vuelta a sus hijas y salvar a sus hijos— decía la mujer, pero fue silenciada de un disparo que le otorgo el policía viejo en la cabeza, matándola al instante.
—¡¿C-capitán, que ha hecho?! —gritó el policía más joven viendo aterrado la escena de un charco de sangre brotando de la cabeza de la mujer para luego también ser impactado por una bala en medio de la frente.
—He hecho lo que tenía que hacer —dijo el policía para sí mismo. Luego, sacó su radio—. Escúchenme muy bien, no es un simulacro, este es el inicio de la guerra entre la humanidad y Dios, se acerca el fin —afirmó el policía serio y tembloroso, informando a sus superiores, sin saber que justo en ese momento la mítica Diosa Madre olvidada por todos, inclusive por el tiempo mismo, abrió sus ojos, lista para alzar... al Nuevo Mundo.
Fin del capítulo 0.