Prologo
En un mundo en el que ciertos humanos llamados «cazadores» poseen habilidades mágicas, estos deben luchar contra monstruos para proteger a la raza humana de una aniquilación segura. Un cazador muy débil llamado Sung Jinwoo se encuentra en una lucha en la que solo puede tratar de sobrevivir. Un día, después de sobrevivir por poco a una mazmorra doble abrumadoramente poderosa que casi acaba con todo su grupo, un programa misterioso llamado Sistema lo elige como su único jugador y, a su vez, le da la sorprendente habilidad de subir de nivel sin límites. Durante su viaje, Jinwoo lucho contra todo tipo de enemigos, tanto humanos como monstruos, y descubrió los secretos que entrañan las mazmorras y la verdadera fuente de sus poderes.
Haciéndose cada vez más fuerte convirtiéndose en el Gobernante de las sombras y con ello ganándose la vida eterna… sacrificando todo de si y regresando el tiempo una y otra vez hasta derrotar a los otros Gobernantes y así mantener la tierra a salvo, dándoles una vida normal a todos aquellos que una vez fueron Cazadores y sus amigos.
En la nueva línea temporal que habia creado, Hae-In perdió todos sus recuerdos como cazadora. Jinwoo, que había regresado a la Tierra después de derrotar a todos los Monarcas, vio a Hae-In caminando frente a la heladería donde estaba teniendo una reunión con el representante de los Gobernantes. Varios años después, Jinwoo y Hae-In se casaron, además de dar a luz a su hijo, Sung Suho, Jinwoo le devolvió sus viejos recuerdos durante sus citas, sin embargo, Jinwoo poseía la vida eterna por ser el Gobernante de las sombras mientras que Hae al ya no ser mas una cazadora el tiempo fluía en ella de forma natural, por lo cual Jinwoo habia optado por ir cambiando su apariencia a la par de Hae-In.
Cuando los Itarim aparecieron, Sung Suho su hijo tuvo que despertar como cazador y nuevamente grandes batallas se dieron… no solo su hijo sino que también Hae-In habia vuelto a despertar como Cazadora y de eso ya habia pasado un largo tiempo, su hijo vivía una buena vida, se habia casado y tuvo a sus propios hijos, e incluso sus propios nietos.
Él y Hae-In habían tenido una buena vida, una maravillosa y feliz vida, pero ella ya no estaba y ahora debía despedirse de su propio hijo, quien pese a despertar como un cazador y haber vivido más que un humano promedio, no era inmortal como él, ese era el gran peso que debía llevar como el Monarca de las Sombras, ver partir a aquellos a los que ama y quedarse atrás, la perdida de sus padres, de su hermana, de su esposa y de su hijo, eso era parte de ser el Gobernante de las Sombras, pero no cambiaria eso por nada, habia sido feliz el tiempo que vivió junto a ellos, el era el Guardian y el Protector de la Tierra, les habia prometido proteger ese lugar que tanto amaban y así lo haría junto a sus sombras.
Al menos eso fue lo que prometió, nunca se imagino que el y sus sombras caerían en un largo y profundo sueño y mucho menos se imagino que al despertar, el mundo hubiera cambiado tanto, hasta ser el desastre que ahora era.
Mucho menos se imagino que ahora el mayor problema de los humanos fueran los vampiros.