Lirio araña rojo.
Pov: Selim.
Estaba arrodillado, mis manos temblaban ligeramente mientras abría la pequeña cajita que contenía un anillo de oro con un pequeño diamante sin duda era un trabajo fino, sin embargo no era mi estiló, a decir verdad nada aquí era algo que yo ocuparía, con demasiados posters de películas de acción y videojuegos, lo único que me gusta, son los dibujos del mar, pero son tan escasos que realmente no destacan.
-Te amo Ali, hemos estado juntos por mucho tiempo y me complementas como nunca creí que alguien jamás lo haría, eres todo lo que alguna vez pude pedir y creo que es momento de dar el siguiente paso ¿Quieres casarte conmigo y hacerme el hombre más dichoso del mundo?
- O vamos viejo, Ali te ama más que a nada en el mundo, aún si le pides matrimonio en un basurero ella estará encantada. Tu nerviosismo se me está contagiando.
Me dijo aquel chico de cabellos castaños y ojos cafés que siempre me acompañaba en este absurdo sueño.
-Lo se, pero realmente, realmente debe ser muy especial.
Mi voz suena igual a la de los enamorados idiotas y no puedo evitar sentir asco, es imposible que está tal "Ali" me importe tanto, no la conozco y aunque así fuera yo solo necesito a Darían, siempre a sido así y siempre lo será.
-Lo será amigo, su relación es todo lo que está bien en el mundo, estoy seguro de que llorará de la felicidad, puede a postear por eso.
-Estoy nervioso -exhale- al diablo, se lo diré este fin de semana.
Un timbre se escucha a la distancia, cierro la cajita y la oculto en el cajón del buró junto a la cama.
-Seguro es ella, mátala galán.
Me hace burla el chico, por un momento me siento cálido, como si estuviera en casa, aunque no sepa dónde estoy y Darían no esté a mi lado, bajamos las escaleras empujándonos juguetonamente y veo a mi mamá salir de la sala con una sonrisa de esas que me abrazan el alma y me hacen sentir seguro, espera ¿Mamá? Pero si yo no tengo una, es decir soy huérfano... Creó, quiero decir claramente.
-John ¿Por qué no me dijiste que Ali vendría hoy?
Su voz es suave, se parece mucho a mí en especial con esos ojos verdes brillantes, a decir verdad nunca había llegado tan lejos en este sueño y creo que comienzo a tener miedo, como si estuviera en un lugar prohibido, quiero despertar ya.
-Hola amor ¿Cómo me veo? Por favor no mientas, realmente quiero dar una buena primera impresión.
Me saluda una hermosa mujer de cabello negro y ojos cafés, su piel acanelada la hace verse bien, y ese vestido de flores le da un aire de inocencia, sale detrás de mi supuesta madre y yo me siento totalmente fuera de lugar, más por mi impulso de querer elogiarla.
-No te preocupes, conozco a Darían mejor que nadie, así que estoy seguro que te amara tanto como yo.
¿Darían? No, no, no, ella no es nada mío, no debería ser así, Darían no es mi amigo, Darían es mi... es mí... es ¿Qué es? Comienzo a hiperventilar sin entender nada de lo que está pasando, todo se siente familiar, nostálgico, como si perteneciera aquí, y me rogaran quedarme, es como si olvidará algo importante, todo me da vueltas, tienen cuadros de mi, fotos que no recuerdo tomar pero que se sienten como ciertas, me gritan quedarme, no debo ir a ningún otro lugar, no lo soporto. Quiero llorar.
-¿Amor?
-¿John?
-¿Amigo?
Escucho sus voces a la lejanía, como si estuviera sumergido en agua, quiero volver a casa, pero no estoy seguro de dónde queda, debo recordar mi terapia, es cierto, clava el ancla, me llamo Selim, tengo 25 años, no tengo padres, fui abandonado en un orfanato cuando era un bebé, la familia Christie me adoptó cuando cumplí 5 años y crecí como hijo único, siendo vecino de los Black, mi mejor amigo es Darían, el hijo menor de la familia...
¿O soy John?
Recuerda, me susurra una voz
No lo sé.
Recuerda.
Me repite con reproche.
¡No lo sé! ¡No lo sé!
¡RECUERDA!
Despierto jadeando y cubierto de sudor, me abrazo a mi mismo recordándome que fue una pesadilla, solo fue una pesadilla, pero no puedo evitar sollozar destrozado, a pesar de saber que no es real, algo en mí me dice que estuve ahí, la sensación de culpa me está matando, aunque no tengo ni idea de por qué debo sentirme así, me hago bolita sobre la cama, sin poder controlarme, me siento patético, valla hombre que soy, debo recordarlo, clavar el ancla, debo clavar el ancla para no enloquecer, mi nombre es Selim... Escuchó la puerta de la habitación pitar ante el ingresó del código y ni siquiera tengo que voltear, el único que suele abrir sin tocar es Darían, pronto lo siento abrazarme y no puedo evitar corresponder, ocultando mi rostro en su pecho.
-¿Qué pasó Selim? ¿Quién te hizo daño?
Me dice en un tono preocupado tratando de revisar si no tengo algún daño, pero yo me niego a soltarle, acurrucandome más en su pecho, aunque el trata de alejarme para ver mi rostro.
-Estoy bien, yo... Tuve una pesadilla.
Murmuró casi a regañadientes para que me deje de intentar separar de él, por fin se detiene y yo aspiro su aroma calmandome.
-Hay mon petit, todo está bien, no permitiré que alguien siquiera piense en lastimarte, aún en sueños.
Su voz era tan seria al respecto que no pude evitar salir de mi escondite y reírme un poco sintiéndome más seguro.
-Ojala pudieras entrar en mis sueños.
Sentí sus callosas manos limpiar mis mejillas de los restos de lágrimas, me hacía cosquillas, se acercó a mi y depósito un cálido beso sobre mi mejilla izquierda.
-Bueno, siempre puedo seguir intentando.
Cómo siempre me sumergí en sus hermosos ojos rojos, tan cálidos como una fogata en invierno, me acerque y le di un suave beso en los labios. Si, esto si era familiar, aún así ¿Por qué se sentía tan incorrecto?
-En mi sueño me llamaban Jhon.
Le confesé consciente de mi incapacidad de ocultarle cosas. El me vio sorprendido pero rápidamente se recompuso y negó con la cabeza.
-Tu nombre es Selim. Selim Black.
-Lo se.
Le digo soltándolo, se que lo hace por mi bien, pero en ocasiones repetirme tantas veces mi ancla me desespera.
-Eres mi mejor amigo desde que tengo 5.
Me repite mi historia, como siempre que tengo una pesadilla, es cierto ¿Por que sigo dudando?
-Lo sé. Aunque amigos no es lo que somos.
Le digo obviando que hace tiempo somos más que eso, aunque de nuevo la incomodidad se incorpora en mi pecho ante mis palabras. Me sonríe pícaramente y siento que me pierdo en su expresión, olvidandolo todo de nuevo.
-Te confesé mi amor a mis 15 y aunque me rechazaste no me rendí hasta que me hiciste el ser más feliz al aceptarme -su voz me regresa al presente- Nos casamos en cuanto pudimos y llevamos...
-Dos años de casados.
Le interrumpo mostrándole mi pulsera de obsidiana con un círculo de jade que personalmente elegí, ante mi disgusto por los anillos y el brilló de las gemas, el realmente busco cumplir hasta el último de mis caprichos. Aunque no estoy seguro por qué siento que eso no es del todo cierto. Ignoro ese pensamiento, quizás solo estoy enloqueciendo... De nuevo.
-Ciertamente -me sonríe feliz- ¿Todo claro?
-Siempre lo estuvo.
Le digo con una sonrisa, despejando las dudas que pude llegar a tener, son solo pensamientos intrusivos, me repito a mi mismo.
-Vamos a desayunar, mamá nos espera, ya sabes, viernes familiar.
Asiento mientras me levanto de la cama, alejándome de él y preparamdome para salir, inhaló fuertemente un par de veces disfrutando del aire fresco.
-¿Qué tal?
Le digo con una sonrisa, presumiendo mi bermuda azul marino y la camisa color ladrillo, que acaba de comprarme, aunque e de admitir que me queda un poco holgado
-Dios, no podré dejarte salir.
-¿Por? ¿Me queda mal?
-No, todo lo contrario, te ves tan bien que no quiero que nadie más te vea.
No puedo evitar reír, realmente me tiene muy mimado y me hace preguntarme por qué tengo pesadillas, si mi vida es tan buena.
-¿Sabes? Creo que tú tienes la culpa de que no me acostumbré a la costa.
-¿Y eso?
Me pregunta mientras me unta bloqueador solar, en mis zonas descubiertas.
-Instalaste aire acondicionado en toda la casa.
Lo miro como si fuera lo más obvio, el me rocía el repelente de mosquitos y creo que realmente no entiende el problema, por qué me sonríe satisfecho.
-Lo mejor para mon petit.
No puedo evitar sonrojarme, a pesar de que siempre me ha llamado así. Y creo que tiene que ver con el hecho de que soy mayor que él y aún así me trata como un ser que necesita infinitos cuidados.
-Ugh, ya vámonos.
Le digo poniéndome los huaraches, el toma mi mano depositando un beso en el dorso mientras me mira a los ojos.
-Por supuesto mon amour.
Su afición por los apodos en francés a veces me vuelve loco de la vergüenza, no importa cuánto le diga que pare no me escucha.
-Basta.
El camino es como siempre, el avergonzándome con su coqueteó y declaraciones de amor tan directas y yo solo sonrojándome. Llegamos a la playa caminando debido a la cercanía, allí en una sombrilla ya nos esperaban mis suegros y cuñados. Esas palabras me saben tan raras, como si no las hubiera usado lo suficiente, pero una vez más me repito que solo son pensamientos intrusivos.
-Hola tortolitos.
Nos dijo Keith, aun me sorprende que a pesar de ser el mayor de todos los hermanos, sigue siendo tan molestoso, pero creo que ese aire de niñez es lo que me gusta de él.
-Hola Keith.
Le saludé dándole un abrazo, como de costumbre.
-Solo lo dices por qué tienes envidia al seguir soltero.
Se burló mi esposo, y yo solte su mano, aquí vamos de nuevo, me aleje dejandoles pelear en paz.
-Hola, mamá, papá, Emily.
Salude al resto, si esto era mi familia, la única que tenía.
-Cariño ¿Cómo te trata Rían? Dime si algo no te gusta y mamá le dará una lección por ti.
Me dijo orgullosa de su fuerza, si alguien viera a esta delicada mujer de cabello negro y ojos azules, no podría creer que era tan recia, pero así era Nyx Black, tan delicada como un lirio y aún así tan fuerte como una roca.
-No se preocupe, no existe nadie más dulce que Rían para mí.
Sonrió complacida por mi respuesta, pero se que la forma en que hable no le gustó, demasiado formal ¿Por qué hoy las cosas no me salían bien?
-Por favor trátanos de tú, después de todo somos familia, hijo.
Me dijo Jasón Black, el patriarca, y un sentimiento cálido me inundó, es cierto ellos son mi familia, no debo alejarlos, no me lastimaran nunca.
-Es cierto Lim, todos somos familia, nunca lo olvides.
Me dijo Emily abrazándome por la espalda y no pude evitar sentir un poca de incomodidad, creo que era demasiado cariño Black por hoy, aunque después de una vida a su lado, ya debería haberme acostumbrado. Fue una agradable comida, como siempre, entre risas y platicas comunes, hablamos del novio de Emily y su presencia en la próxima reunión, también descubrimos con sorpresa que Keith estaba viendo a una chica, pero se negó a darnos detalles, es tan tímido con estos temas, que no puedo evitar querer molestarlo. El camino a casa fue tranquilo y al llegar el cambio de temperatura fue algo que realmente agradecí.
-Moun amour, tengo que trabajar, prometo apurarme y terminar pronto. Te aseguro que comeremos juntos.
Me dijo Rían con una sonrisa apenada, como si dejarme por unas horas fuera un pecado mortal, yo solo me acerque a el, es tan tierno cuando no se lo propone.
-No te preocupes, estaré bien, pintaré un rato.
Le di un beso rápido y le sonreí con cariño alejándome un poco, antes de perder el rumbo de la conversación.
-Claro, te buscaré en cuanto acabé.
Camine hasta el pasillo y antes de doblar a la derecha volteé con una sonrisa.
-Rían.
El volteo rápidamente, a la espera de cualquier queja.
-Te amo.
Su rostro completamente sorprendido junto a su sonrojó me calentaron el corazón, riendo me fui a mi estudió. Me resulta tonto que por un momento dude, solo fue un tonto sueño, después de todo los Black son todo lo que tengo, mi familia y hogar, son los únicos que siempre estuvieron para mí ¿Verdad?
Pov: Darían.
-Te amo.
Sus palabras me sorprendieron y tras el sonrojó inicial sonreí complacido, era la primera vez que me lo decía, fue aún más mágico que como me lo imagine. Entre en mi estudio y cerré con llave se que nunca me desobedecería y no entrara bajo ninguna circunstancia, ya qué lo tiene prohibido, pero no tiene nada de malo ser precavido, aún cuando la vista es de un estudio común, escritorio, silla, librero, una ventana y un montón de papeles aburridos, lo único que desencaja es un armario a espaldas de el escritorio, pero no mucho, abro la puerta y me recibe la vista del sótano en Hoffmann, es bueno tener un teletransportador en casa, entro y cierro.
A decir verdad odio volver a Hoffmann, este pueblo no tiene nada que me agrade, incluso los recuerdos son poco gratos, lo único que me hacía volver era Selim, pero ahora es mío, así que esté pueblucho carece de valor, sin embargo soy consciente de que debo mantener las apariencias. Ojalá todas estas personas desaparecieran, de todas formas no sería una gran perdida. Subo a mi vieja habitación, y me cambio, soy consciente de que mi ropa veraniega aquí no queda, un pantalón de mezclilla negra y una sudadera gris son mi elección, me pongo los tenis grises y salgo, apenas pongo un pie afuera de la casona y ya me siento hastiado, sin embargo se que mientras más rápido acabe con esto regresaré antes.
Camino pateando piedritas por el sendero, las nubes grises auguran lluvia, aceleró el paso, no deseo su atención, será más difícil zafarme de ellos. Pronto llegó a la casucha donde Selim solía vivir, sin duda está mejor conmigo, sin embargo es obvio que fue muy querido aquí, todo el pueblo está aquí para su "funeral" y yo solo quiero reírme, son tan idiotas, si supieran que esa urna a la que le lloran solo contiene las cenizas de un cerdo no estarían tan destrozados, pero eso es algo que no les compete de todas formas, entro y la señora Dess me recibe de inmediato.
-Darían, cariño, que bueno que pudiste venir, estoy segura que para John esto significaría mucho.
Su abrazo me da un pinchazo de culpa y quiero alejarla, pero me contengo, obligandome a corresponderle, creo que es el único pago que puedo darle por el hijo que crío tan preciosamente, quiero decirle la verdad, aún así me mantengo en silencio, sería peor para ella saber que John está vivo, pero jamás volverá, en cierta forma, es un acto de amor no decirle nada.
El señor Dess tiene las puntas de sus ojos rojas, es obvio que contiene el llanto, se une a nuestro abrazo sin mediar palabra y no puedo evitar sentirme asfixiado, sin embargo me trago mi culpa, de todas formas se que a pesar de lamentarlo, si me dieran otra oportunidad, lo haría de nuevo, hice lo que tenía que hacer, pasamos y toda culpa que pude sentir se esfuma cuando la veo, Ali, esa desgraciada, todo fue su culpa, el dolor que el matrimonio Dess siente, ella fue la única que lo provoco. Sin embargo debo admitir que me gusta ver su sufrimiento, esas lágrimas y la ropa negra le sientan bien, pero el anillo de oro con un pequeño diamante que lleva en su dedo anular me enfurece, sin duda creo que estaría mejor ardiendo en una hoguera, es una lastima que no todo se pueda en esta vida. Me acerco a la urna y veo la foto que eligieron, su cabello marrón y piel canela se ve bien, pero como siempre sus ojos verdes brillantes roban la atención, en la foto sonríe levemente, ja, si supieran que yo puedo hacerlo reír de verdad, entonces entenderían lo pésimos padres que fueron para él.
-¿Lo extrañas?
Volteé ligeramente sorprendido, pero al ver qué era Luck me relaje, se veía patético con sus ojos cafés hinchados de tanto llorar, su cabello de igual color se veía desastroso.
-Por supuesto, era como un hermano mayor para mí.
La palabra hermano me asqueaba, jamás podría considerar a John mi hermano, el era el amor de mi vida, aún si al principio él no lo creía así.
-Fue tan inesperado -toco con delicadeza la urna- En la mañana hablaba con nosotros sobre su despedida de soltero y en la noche estaba en el hospital peleando por su vida.
-Lo se, me hubiera gustado pasar más tiempo con él.
Dije con tono quebrado, tratando de parecer lamentable, surtió el efecto deseado, Luck me abrazó compadeciéndome.
-John siempre hablaba de ti, estaba muy emocionado de que nos conociéramos, estoy seguro de que el te amaba.
Corrección Luck, el me ama, me lo dijo antes de venir a este lugar de porquería, aún así el hecho de saber que hablaba mucho de mi, me hizo sentir cálido, lo sabía el era mío, solo necesitaba que le abriera los ojos, después de todo Ali nunca lo haría tan feliz como yo.
-¿Aún no encuentran al culpable?
Le dije separandome de el, tratando de parecer abatido, pero ya recompuesto.
-No, los desgraciados policías se están comenzando a rendir ¿Puedes creerlo? Una persona murió y ellos se conforman con decir que lo atacó un animal salvaje.
Un dragón sería la afirmación correcta, pero realmente no me importa mencionarlo, se que me pase un poco cuando lo ataque, pero creo que el me lastimó de la misma manera cuando no solo se negó a escucharme, si no que más aparte amenazó con no volver a verme, aunque si soy sincero, gracias a eso, ahora podemos estar juntos.
-Eso es terrible, de verdad espero que no se rindan. Aunque de todas formas no podré disfrutar de ver cómo atrapan al maldito.
Dije en tono consternado, en cuanto me "mude" jamás tendré que lidiar con ellos de nuevo.
-Cierto ¿Cuándo te vas?
-Mañana temprano, pasaré a despedirme, lo prometo.
-Eso es muy pronto, aún así gracias por tomarte el tiempo de venir.
-No podía irme sin despedirme.
Le dije zanjando el tema y el se alejo, aunque de cierta forma era verdad, no podía empezar mi nueva vida sin decirle adiós a Hoffmann, que aunque no me agrada era el hogar de John, ese que el no extrañará, no es una pena.
Me aleje de la urna y camine con tranquilidad hacia la escalera, la subí y entre al cuarto de John, ciertamente no es tu estilo, demasiados posters de películas de acción y videojuegos, siendo que a él le gusta el mar y la pintura, sin duda no encaja en este lugar, aunque siempre a sido así, cambiando para agradarle a los demás. De repente ví un dibujo burdo de las olas en la costa, pegado cuidadosamente en su escritorio, lo toque con cariño, una pequeña sonrisa se me escapo, yo le hice este dibujo a los 8, y el lo guardo todo este tiempo, si, no me equivoqué al elegirlo, lo tome con cuidado ocultandolo en la bolsa de mi sudadera.
-¡Tú! ¿Qué crees que haces aquí?
Esa horrible voz, volteo y Ali está en la puerta, yo solo sonrió, buscando desesperarla.
-Ali, querida, te sienta bien el luto.
Su cara se desfiguro en una mueca horrorizada y no pude evitar regodearme.
-Lo sabía, puedes engañar a todo el mundo pero yo puedo ver el monstruo que eres en verdad ¿Qué diablos le hiciste a mi prometido?
-El no era tu prometido -ella retrocedió asustada- Jhon era mí...
-Tu que, maldito loco, para el solo eras un hermano menor, fue a mi a quien le propuso matrimonio.
Se que no puedo refutar eso, pero al final no importa, ella tiene un triste anillo, y yo, yo lo tengo a él.
-Adelante, ve y dile a todo el mundo que yo soy el culpable y todas las tonterías que puedas imaginar -me acerco a ella acorralándola en la pared del pasillo- veamos quien se atreve a creerte.
Me aleje hartó de ella, como quiero matarla, si pudiera la torturaría hasta casi matarla, y luego la curaría con el agua del manantial sagrado solo para continuar torturándola, pero soy consciente de los sospechosa que sería su desaparición.
Me despedí del matrimonio Dess y por fin pude escapar a mi casa, estaba agotado, fingir una pena que realmente no siento es demasiado para mí, sin embargo solo basta con recordar cómo empezó todo esto.
Lo intente con todas mis fuerzas, realmente lo di todo, pero no funcionó ¿Cómo se supone que viva con esa verdad en mi interior?
No soy lo suficientemente bueno y nunca podré serlo para ti, siento que me asfixia esa revelación, valla porquería, ojalá pudiera arrancarte por completo de mi memoria y dejarte ir.
O eso fue lo que pensé al principio, pasado el duelo de tu perdida, llegó a mi una revelación, si no eres mío ¿Por qué deberías ser de alguien más? Me niego a permitir que rehagas tu vida, no soporto pensar que en tu mente existe un futuro en el que no estoy yo.
Se que mi pensamiento suena igual al de mi madre y aunque en un principio odie su manera de manejar las cosas con papá, creo que ahora puedo comprenderla, tu me destruiste de la forma más hermosa que existe, me obligaste a entender por qué los huracanes tienen nombres de personas, así que entiende que si buscas un culpable por lo ocurrido, ese solo puedes ser tú, no niego que deshacerme de tus nuevas novias si fue algo que disfrute, sin embargo eso levantó demasiada sospechas con la policía y mi familia me obligó a irme creí que al regresar todo seguiría igual después de todo aunque yo me deshice de ellas ambos sabíamos que tú ya no querías esas relaciones, es por eso que debes comprender mi desesperación cuando regrese a casa solo para enterarme de tu compromiso con ella, tres años fueron suficientes para que rehicieras tu vida y te importará un comino lo que yo sentía por ti, o aquella relación que mantuvimos, lo siento pero me niego a permitir que sigas con esto, es mejor cortar todo de raíz ¿No crees?
¿Una boda? ¿De verdad creíste que eso me haría feliz? Bueno no puedo quejarme después de todo tu ingenuidad fue algo de lo que también me enamoré, y siempre te agrado la idea de los hijos, es por eso que una semana antes de que arruinaras tu vida pedí hablar contigo.
Te juro que no estaba entre mis planes hacerte daño, de verdad que no, pero tu seguías rechazandome, sacado a Ali en todo momento diciéndome que jamás me corresponderías, pasaríamos la boda y no querías volverme a ver jamas, perdón perdí el control, pero me rompiste de manera irreparable, ¿Sabes? Te amo con toda mi existencia ¿Cómo pudiste tratarme asi? A mí, que siempre he estado a tu lado, yo que te entregué mi vida sin dudar, y aún así llame a la ambulancia, incapaz de verte morir, pero ¿Que pasaría después? Observando a través del cristal de la UCI me ponía más nervioso que nunca, ya habías dejado en claro que no me elegirías ¿Por qué seguía dudando en matarte? Keith me dio la respuesta, por qué a pesar de todo quiero que vallas conmigo, sigo pensando que puedo tomar tu mano. Quizás por eso decidí tomar su consejo, si no me eliges por las buenas, vendrás a la fuerza a mi lado, se acabo el periodo de negociación, así construí nuestra felicidad.
Sentado en el sótano, cierro los ojos y dejo que el cansancio me invada. Ha sido un día largo, pero todo ha salido bien. Selim está en casa, esperando por mí. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al imaginar nuestra vida juntos, lejos de Hoffmann y de todos los que podrían intentar separarnos. Al final, el amor lo conquista todo, incluso si ese amor es un poco... distorsionado.
Me levanto del piso, dispuesto a regresar con él. En cuanto cruce de vuelta a nuestra nueva vida, todo lo que ocurrió aquí será un recuerdo distante, uno que no tiene lugar en nuestro futuro. Porque ahora, Selim es mío, y no pienso dejarlo ir jamás.
Así que por favor, por el bien de ambos, Selim deja de resistirte, después de todo yo soy todo lo que necesitas.
Salgo de el estudio, te escucho, tú estás cantando con aquella desafinada voz que te caracteriza, lamentablemente el canto no es uno de tus fuertes, pero igual me gusta verte intentarlo, mientras cocinas, una sonrisa aflora en mi rostro y dejo todas mis penas atrás, cierto, no tengo por qué dudar, el hechizo fue perfecto y poderoso, me acerco a ti por detrás y te abrazo recargando mi cabeza en tu hombro derecho, estás haciendo arroz rojo, mi favorito.
-Hola Rían ¿Qué tal el trabajo?
Tu voz cargada de amor me recibe, pero a pesar de tenerte entre mis brazos sigo sintiéndome ansioso, como si pudieras irte de nuevo.
-Por favor, dime qué me amas.
Mi voz sale verdaderamente afligida, tu bajas el fuego de la estufa, te volteas a verme sin soltar el abrazo y obligándome a verte a los ojos me dices con una seriedad aterradora, quizás la misma con la que me alejo ese día.
-Darían Black, te amo. Más que a nada en el mundo.
Tus palabras me curan el alma, es cierto, tu me amas, incluso si quieres escapar, solo tengo que hacer nuestro lazo más fuerte, te beso con cariño y antes de dejarme llevar, te lo digo.
-Selim ¿No quisieras convertirte en un dragón?
-¿Qué?