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Definición de Érosgápe:
Pareja biológica y espiritualmente predestinada de un alfa u omega.
Ejemplo de Érosgápe en una frase:
Algunos alfas y omegas no sólo son una pareja comprometida, sino que son Érosgápe, profundamente unidos por el espíritu y la carne.
Origen y etimología de Érosgápe:
Antiguo griego, combinación literal de amor sexual (erōs) y amor espiritual (agapē).
Primer uso conocido: Año 32 de Lobo
LA narración del video educativo se hizo eco por toda la clase. Chanyeol estaba encorvado casi hasta atrás del salón, a lado de su mejor amigo Kyungsoo. Al igual que todos los demás alfas en el aula, permanecían sentados en completo silencio, con dolorosas erecciones contra la parte delantera de sus pantalones.
La película mostraba a un omega desnudo en profundo celo. Era un hermoso pelinegro de piel pálida y largos músculos. La cinta no tenía la suficiente calidad para determinar el color de sus ojos, pero eran claros. Era exactamente el tipo de chico que atraía a Chanyeol. Verlo en la pantalla, ansioso y vulnerable, lo dejaba sin aliento y excitado.
Sobre sus manos y rodillas, con la espalda arqueada, el omega alzó su trasero. Su grieta y orificio, brillaban con la lubricación producto de su excitación y necesidad. A Chanyeol se le hacía agua la boca cuando el omega en el video movía su mano frenéticamente sobre su hinchado pene mientras lanzaba miradas desesperadas por encima del hombro, hacia su joven y musculoso alfa. Las palabras “por favor” fueron fáciles de leer en la perfecta boca del omega, mientras este se retorcía y arqueaba.
Su alfa, moreno y poderoso, se colocó a un lado de la cama, con su prominente miembro y la mirada fija y autoritaria en su omega. Mientras se encimaba en la curveada espalda del chico y se empujaba dentro de él, la narración continuó:
«Durante la plenitud del celo, el omega se ofrece a su alfa sin pena alguna. El instinto lo empuja a copular, y él acudirá a cualquier longitud para alcanzar su objetivo biológico. Es importante recordar que un omega en celo sin un alfa para satisfacer sus necesidades, es un peligro para sí mismo. Si tienes que sujetar a tu omega para evitar que huya, hazlo. Esto es aplicable tanto para una pareja comprometida, como para una Érosgápe».
El miembro de Chanyeol soltó pre-semen en sus boxers, sin atreverse a moverse por miedo a tener un orgasmo a mitad de su primera clase universitaria de Relaciones alfa-omega. Volteó hacia Kyungsoo y se sintió aliviado por no ser el único en su incontenible excitación.
Kyungsoo se acomodó sutilmente en su asiento, sin despegar sus grandes ojos azules de la pantalla, mientras una gota de sudor se deslizaba por un costado de su cara enrojecida. Su pelo oscuro se había alaciado con la humedad de la habitación, y sus largos y pálidos dedos que normalmente los mantenía moviendo o tamborileando, estaban quietos sobre su pupitre.
Chanyeol notó el olor a pre-semen y la picante esencia llena de feromonas en el sudor de Kyungsoo. Estaba familiarizado con todas las sensuales cualidades de su excitación, por los tres años que habían compartido dormitorio en la preparatoria para alfas de San Mejorana. Y después de dos meses de haber estado separados durante el verano, estuvo entusiasmado de reencontrarse con ellas en los pasados cuatro días en su dormitorio en la universidad, Monte Nessadare.
La práctica hacía al maestro, y ambos acordaron practicar mucho entre ellos, en preparación para el día en que encontraran a sus omegas. Si es que los encontraban. Mientras que más del sesenta por ciento de parejas alfa/omega Érosgápe se encontraban en algún momento, el cuarenta por ciento de cada grupo, nunca conocía a su pareja destinada. Chanyeol se puso frío al imaginar un futuro sin su Érosgápe. Aunque un omega común sería mejor que nada en absoluto.
Porque no importaba cuanto él y Kyungsoo hubieran practicado juntos, nunca llegarían al éxtasis que la pareja en la película educativa, alcanzaba. Y el celo apenas estaba comenzando.
En el transcurso del curso, verían películas educativas de omegas en todas las etapas del celo, embarazo y parto. Había escuchado de amigos alfas mayores que iban en un grado arriba que él en la universidad, que las películas de omegas en las etapas dos y tres, eran tan intensas que los alumnos regularmente eyaculaban en clase. Se rumoraba que les proporcionaban pañuelos para limpiarse y les aconsejaban que llevaran un par de ropa interior extra para cambiarse.
«Los omegas son capaces de tener multiorgasmos de distintos tipos, oral, anal, uterino, y por el pene, pero es común que eyacule tanto por su miembro como por su cavidad receptiva. Si su útero ha descendido y abierto, entonces él puede llegar a estados de placer inmensurable. No es de sorprender que el omega se encuentre abrumado por su clímax, sobre todo si su útero sujeta la corona del pene del alfa, preparándose para la etapa dos y el comienzo de la inseminación».
Los testículos de Chanyeol se estrujaron por lo que cerró los ojos, reacio al pesar en que iba a perderse un segundo del placer del omega y el gran mando del alfa en la película.
—Eso es todo, clase. La seguiremos viendo después de que hayamos aprendido más sobre la etapa uno en la copulación del alfa y omega. Mientras tanto, ¿hay alguna pregunta? —dijo el profesor Song con una voz demasiado aguda para ser de hombre, atravesando el aula de forma estridente, cesando el deseo de Chanyeol casi tan eficazmente como si hubiera recibido un baldazo de agua fría.
—¿Sí, señor Kim? —El profesor Song señaló a Matthew Kim en la segunda fila, alto y musculoso, un sueño de alfa a decir de Chanyeol, exactamente lo contrario a su propio, «vamos pubertad dale un empujoncito», cuerpo.
Al menos Chanyeol tenía algo de esperanza de un futuro prometedor con su pelo oscuro que yacía sobre su frente, ojos grandes y una cara linda que su padre le jura que con el tiempo se convertiría en un rostro atractivo de todo un alfa. Sin embargo, qué no daría por tener los bíceps y abdominales de Matthew.
—Adelante, señor Kim, hable.
—¿Por qué el omega se viene por el pito? —preguntó Matthew con una mirada de soslayo—. No puede impregnar nada. Lo que sale está hecho de lo mismo que el lubricante de su culo, ¿no? ¿Entonces cuál es el punto?
—Modere su lenguaje, señor Kim —reprendió el profesor Song—. El omega culmina por su pene, eyaculando una cantidad de líquido similar a la de los hombres humanos de antaño. Antes de la Gran Muerte, no había alfas u omegas, sólo hombres humanos y las hembras de la especie, conocidas como mujeres, y entre ellos mantenían relaciones en una forma similar, aunque no exactamente igual en la que lo hacemos ahora. Los machos humanos eyaculaban dentro del orificio conocido como vagina, de una hembra humana, y la impregnaban en el musculoso y robusto útero que llevaban dentro. La cantidad de eyaculación era mucho menor que la de los alfas de hoy en día, pero similar a la de los betas que copulan por placer mas nunca producen descendencia.
—¿Pero por qué los omegas lo hacen? —preguntó Matthew de nuevo—. Es decir, no me malinterprete, es candente, pero ¿por qué?
El profesor Song entornó los ojos.
—No debería sorprenderme ni un poco las cosas que dicen los alfas jóvenes. —Dejó escapar un suspiro—. La eyaculación del omega es un vestigio de nuestros antepasados. Pero no hay que subestimar su poder. El placer que le trae al omega es grande, aunque no tan poderoso como algunos de sus otros potenciales orgasmos, de los cuales hay varios. Se relajará después de eso, a pesar de seguir ansiando más. Más importante aún, señala que su útero está descendiendo y suavizando, por lo que se abrirá y aceptará la corona del pene del alfa para la inseminación.
No había nada atractivo en oír esas palabras de la boca del profesor Song, así que el miembro de Chanyeol se suavizó rápidamente. Se removió en su asiento, sintiéndose capaz de respirar de nuevo y extrañamente agradecido por lo largo de la nariz del profesor, así como su calva y voz áspera.
—Además, el olor de la eyaculación de los omegas durante el celo, es fuerte. Entre eso y los ruidos de placer que emite, un alfa entrará completamente en celo tan pronto como los fluidos de su omega salgan de su pene. No se detendrá hasta que haya depositado su semen tan profundo y dentro como pueda del útero del omega. —La papada del profesor se sacudió mientras hablaba a la vez que sus mejillas se sonrojaban.
Chanyeol hizo una mueca y su miembro se volvió completamente flácido. Esperaba que su maestro no estuviera excitándose al hablar de esas cosas. Era demasiado viejo para entrar en celo, inseminar y reclamar pareja, ¿no? Si el omega del profesor aún viviera, si no hubiera muerto durante el parto como les pasó a muchos de pasadas generaciones, a estas alturas el pobre debería de estar demasiado viejo para tener hijos. El profesor Song seguramente no había lidiado con el celo de un omega en más de veinte años.
Pero tal vez lo recordaba con cariño.
La nariz de Chanyeol se arrugó.
El profesor Song le hizo un gesto a su ayudante, un beta rechoncho de unos cuarenta años. —Abre las ventanas, Robston. Huele a pura lujuria. Estos chicos son una bola de hormonas y mis fosas nasales están quemándose con sus feromonas.
Chanyeol tenía que darle la razón. Aunque aún podía distinguir fácilmente el olor de Kyungsoo, también estaba inundado por el olor de los otros nueve alfas en el aula. Sus feromonas eran agudas y desafiantes, incitándolo a un estado de leve agresión, listo y dispuesto a luchar si su omega entraba en escena.
Aunque, por supuesto, ningún omega lo haría.
Sólo omegas mayores, ya emparejados o más allá de la edad para albergar esperanza, se les permitía estar en el campus de Monte Nessadare. Los jóvenes omegas, en quienes Chanyeol, Kyungsoo y los demás podían esperar encontrar a su Érosgápe, se mantenían hasta la mayoría de edad en el campus de Monte Jurado en el condado aledaño.
En dos años, Dios Lobo, parecía ser un futuro muy lejano, irían a conocer la más reciente generación de omegas. Idealmente, dejarían huella en uno de ellos, una respuesta biológica que imprimaba al omega como su Érosgápe, y firmarían un contrato. Si no, lo intentarían de nuevo el próximo año y el año después de ese, antes de elegir el comprometerse con un simple omega soltero.
Si por el contrario encontraba a su Érosgápe, al omega le sería quitado el supresor de celo utilizado durante la adolescencia, y una vez que tuviera la urgencia de una pareja, ávido de deseo, y todo sentido de autoprotección o interés propio atenuado con la insoportable lujuria quemándolo por dentro, consumarían la unión.
Chanyeol había oído rumores de que sus padres habían consumado su unión en el vestíbulo de la oficina en casa del abogado de sus abuelos, poco después de que sus padres hubieran firmado su contrato. Pero el tiempo y la pérdida de embarazos habían calmado enormemente a sus padres, y los hombres que ahora conocía, eran mucho más que pragmáticos acerca de su relación física, aunque seguían manteniendo un profundo amor Érosgápe.
Sin embargo, para la primera vez con su omega, Chanyeol quería darse prisa en llevarlo a su propia habitación en casa de sus padres para tomar su tiempo en explorar las necesidades y deseos del hombre. No quería que fuera algo animalístico ni semi-público. Aunque no era tan tonto como para suponer que si su omega le rogaba en los escalones del propio juzgado, él tendría el poder para negarse.
Todo el mundo sabía que a pesar de su posición pasiva en el acto de la creación, los omegas tenían un gran poder sobre los alfas. Por eso había un viejo dicho: un omega insatisfecho, es la horca del alfa.
—Dios Lobo, uno podría pensar que quieren que eyaculemos en los pantalones —dijo Kyungsoo conforme el grupo se disipaba—. Vamos, volvamos al dormitorio. Necesito hacer algo con toda esta energía antes de que me vuelva loco.
Chanyeol se colgó la mochila al hombro, admirándolo mientras lo seguía, al firme trasero en sus pantalones de vestir y la forma en que sus hombros estiraban su camisa azul hecha perfectamente a la medida. Sí, volver al dormitorio era una gran idea. Y Kyungsoo normalmente estaba lleno de ellas.
KYUNGSOO arrojó su mochila sobre el escritorio de su lado de la habitación y de inmediato comenzó a desabotonarse la camisa. —No me hagas esperar —dijo entre dientes—. Estoy tan caliente, que creo que podría convertir a un beta en omega, si me lo cojo lo suficiente.
Chanyeol admiró el pecho lampiño de Kyungsoo cuando este fue revelado, su propio miembro se endureció de nuevo. Soltó la hebilla de su cinturón y se quitó a patadas sus nuevos mocasines escolares de cuero, antes de preguntar: —¿Cómo vamos a hacerlo?
Kyungsoo sonrió. —Como si fueras a ofrecerme tu trasero.
Rió Chanyeol. —Nunca.
—Hoy no puedo conformarme con la mano y no quiero una probada de tu semen.
—Suena como que quieres fingir ser mi omega otra vez.
Las pálidas mejillas de Kyungsoo se sonrojaron y sus ojos oscuros brillaban a su vez. —Oblígame. —Se quitó sus propios zapatos relucientes y se bajó los pantalones—. Quiero ver que lo intentes.
Kyungsoo era bueno haciéndose el ávido e incitante omega. Sus grandes ojos oscuros y dulce boca roja, así como su ansioso trasero, eran perfectos para el papel.
—Te voy a dar hasta que te vengas gritando y pidiendo que te anude.
Kyungsoo gimió.
—Haces promesas que no puedes cumplir.
Chanyeol levantó las cejas.
Era cierto que no podía anudarlo, ya que se necesitaban las feromonas del celo del omega para activar esa función biológica, pero igual lo haría venirse gritando. Lo había hecho antes y lo haría de nuevo. Su habitación en la preparatoria había sido citada cinco veces por los vigilantes de los dormitorios, por hacer escándalos hasta altas horas. Aunque en realidad sólo había estado sacándole hasta los sesos con sus embestidas.
—Ponte de rodillas —ordenó Chanyeol, finalmente desnudo—. Empínate en la cama y muéstrame tu agujero.
Los labios de Kyungsoo se torcieron en una sonrisa burlona. No era de extrañar ya que él también era un alfa. Tenía que frenar sus propios instintos para participar en este juego con Chanyeol. Pero en su opinión, eso era lo que Kyungsoo amaba de ello, el reto de someterse cuando tenía todo el derecho a decir que no, todo el derecho a retarlo en una pelea, en vez de ofrecerse en la cama, exponiendo el trasero y separando ampliamente sus glúteos.
Vaya vista.
Kyungsoo lo miró por encima de su hombro, poniendo la mirada más inocente posible, en una imitación de la incitante y cándida apariencia que muchos omegas exudaban en el celo. —Duele. Te necesito.
El miembro de Chanyeol se hinchó ante las palabras tan comunes entre los omegas, que eran más un cliché que una verdadera seducción, pero al parecer eso fue suficiente. Dos calenturientos de diecinueve años, siendo provocados por una magnifica pornografía disfrazada de película educativa, y Chanyeol se había vuelto más fácil que la tabla del uno.
Pellizcó sus propios pezones, mirando hacia abajo al cuerpo desnudo de Kyungsoo, ágil y hermoso, extendido sobre la cama tal y como el del omega que Chanyeol tendría un día. No obstante, necesitaba algún lubricante artificial. Kyungsoo no lo producía, y penetrarlo en seco sería doloroso para ambos.
Abrió de un jalón el cajón de su escritorio y encontró el aceite que guardaba allí. La pequeña botella seguía grasienta de la parte exterior por haber sido utilizada el día anterior, la última vez que habían participado en este juego particular.
—¿Eres mío? —preguntó, bajando el tono de su voz, satisfecho por el retumbe que logró, aunque desearía tener una mejor musculatura para reforzarlo. Una mirada al espejo le mostró a su rostro sin barba, lucía más joven que nunca, y su pecho desnudo no tenía ni rastros de aunque fuera un ralo vello por aparecer en un futuro.
—Siempre —dijo Kyungsoo, arqueando la espalda y alzando el trasero.
Chanyeol sonrió, levantándolo totalmente de la cama y besándolo en la boca.
A medida que se besaban, esparció aceite sobre y dentro del orificio de Kyungsoo, volviéndolo resbaladizo, haciéndolo jadear. La próstata de un alfa no era tan grande o sensible como la de un omega, pero aun así provocaba placer al ser acariciada.
—Quiero que te vengas en mí —dijo Kyungsoo entre dientes, con sus amplios labios presionando la garganta de Chanyeol—. Necesito tu semen. Lléname.
Chanyeol gruñó, sintiendo palpitaciones en sus testículos.
—Cállate. Vas a hacer que me venga y todavía ni entro en ti.
—Vaya alfa que serás si ni siquiera puedes esperarte para venirte hasta que estés dentro de tu falso omega.
—Fíjate en lo que dices, idiota.
Kyungsoo rió. —¿Por qué? Te vendrás en el rostro de tu verdadero omega si no tienes algún tipo de control. ¿Y entonces, él qué hará? ¿Complacerse hasta el cansancio con un consolador, lloriqueando y rogándote que se te pare de nuevo? Patético.
—Sabes que conseguir una erección no es un problema para mí. —Y en realidad no lo sería con las feromonas de un omega rodeándolo—. Pero si no te callas, no voy a dejar que te vengas en mi pene.
—Como si me importara.
—Como si eso no fuera tu parte favorita de este juego.
Kyungsoo sonrió. —Entra en mí y veremos si puedes ser un buen alfa y dejar que tu omega sea el primero en venirse.
Chanyeol entrecerró los ojos, volteándolo con facilidad sobre su espalda. La penetración siempre era deliciosa. Amaba la sensación de ello. Tanto es así que la postergaba un poco más de tiempo, con el fin de imaginar el calor y estrechez de la piel que abrazaría su pene alfa.
Estaba orgulloso de su miembro. Por lo que a él respectaba, era su única parte que había crecido totalmente. Era grueso y largo, del tamaño alfa. Sobresaliendo de su cuerpo, ancho y carnoso, parecía pertenecer a Matthew Kim. O al enorme padre de Kyungsoo, un hombre con aún más músculo que dinero. Y eso era mucho decir para alguien tan adinerado.
Restregó su gigantesco miembro contra el de Kyungsoo, complacido como siempre, de que el suyo fuera un centímetro y medio más grueso y un centímetro más largo que el de él.
No tenía una gran cantidad de penes alfa con los que compararse, especialmente no erectos. Sin embargo, la vez que se había topado con un pequeño montículo de viejas películas pornográficas en el sótano de la casa de verano de sus padres en la playa, las cuales probablemente habían sido abandonadas por su primo Jamil, quien pasó seis semanas allí estudiando la vida de las salamandras para su doctorado. Había estado por primera vez sin su omega desde que se conocieron, y era probable que hubiera andado muy ganoso allí solo.
En cualquier caso, Chanyeol había visto las películas cada vez que pudo durante el verano, y había estado encantado de haber encontrado que su miembro era más grande que el de los alfas en esas películas. Así sería capaz de llegar más lejos en el útero de su omega y proporcionarle más placer, por no hablar de aumentar la probabilidad de preñarlo.
Viendo el rostro extasiado de Kyungsoo, Chanyeol acarició su miembro.
—Ábrete para mí, omega.
Kyungsoo se estremeció, separó las piernas y se quedó mirándolo febrilmente, temblando mientras Chanyeol entraba en él. —Diablos — siseó—. Eres grande.
Aunque los omegas a menudo comentaban sobre el tamaño como una forma de excitar a su alfa, Chanyeol sabía que Kyungsoo no estaba fingiendo. Sus ojos se ensombrecieron mientras se esforzaba por aceptar su circunferencia, por lo que Chanyeol retrocedió. Se salió y después empujó contra el esfínter lubricado de Kyungsoo, gimiendo al hacerlo, abriéndose camino como si se tratara de una férrea y estrecha manga.
—Diablos —susurró Kyungsoo de nuevo. Esta vez con la cabeza hacia atrás, exponiendo su pálida garganta y pulso acelerado—. Que rico. Te sientes tan bien, Chanyeol.
Retirando su pelo oscuro de la frente, Chanyeol sonrió con suficiencia hacia Kyungsoo. —Omega, tienes un pene alfa en tu trasero. Muéstrame lo agradecido que estás por ello.
Kyungsoo se estremeció duramente. —Muy agradecido.
—Muéstramelo.
Kyungsoo lo apretó y movió sus caderas hacia arriba para emparejarse con las embestidas de Chanyeol.
—Sí, así. —Chanyeol tiró del pene de Kyungsoo, algo que nunca tendría que hacer por un verdadero omega: ellos se venían analmente por la glándula omega y la estimulación de la próstata. Entonces susurró—: Mírate cómo estás todo abierto pidiendo mi semen. ¿Quieres mis bebés, omega? ¿Quieres que te llene?
—Dámelo —dijo Kyungsoo entre dientes, con su torso enrojecido y los pezones volviéndose cada vez más duros—. Dame tu semen.
—Mmm, tanto lo deseas.
—Sí.
—¿Quieres que te anude?
—¡Sí!
Chanyeol cerró los ojos, bloqueando la cara familiar de Kyungsoo. Quería un omega, uno de verdad, un resbaladizo trasero al aire, gimiendo, rogando y retorciéndose debajo de él, derramando lágrimas reales al pedir por su semen, rogando por sus bebés, implorando pertenecer a él, ser de su propiedad, y que se viniera en su miembro, gritando, montándolo, convulsionándose desesperadamente…
—¡Chanyeol! —gritó Kyungsoo, sacudiéndose mientras espesa humedad era salpicada entre ellos.
El agarre del trasero de Kyungsoo y las fantasías urgentes de Chanyeol, lo abrumaron. Semen salió disparado de sus testículos y fue bombeado fuera de su miembro en cantidades enormes, haciéndolo sentir que se derramaría del trasero de Kyungsoo. Sería capaz de producir mucho más cuando por fin tuviera un omega en celo y lo abotonara en un orgasmo que se prolongaría durante minutos, y no sólo largos segundos como este. Gruñó, embistiendo con fuerza una vez más, sintiendo un disparo final de placer.
Gimió, colapsando sobre el cuerpo sudoroso de Kyungsoo. —¿Estás bien?
—Sí —dijo Kyungsoo, en tono bajo y con el cuerpo tembloroso—. Bien.
—¿Se siente bien?
Kyungsoo se encogió de hombros, y Chanyeol sabía que la culpabilidad postorgásmica se estaba asentando en él, como lo hacía cada vez que tenían sexo.
—Shh —dijo Chanyeol—. Nadie sabrá. Nadie nunca lo sabrá. Sólo somos tú y yo. Cuando tengamos a nuestros omegas, estaremos agradecidos de haber practicado.
No lo mencionó, ni tampoco Kyungsoo, que el único que realmente practicaba era Chanyeol. Si su predilección era descubierta Kyungsoo, sería un marginado entre los alfas. Solamente los betas y omegas eran penetrados. Todo el mundo lo sabía.
Pero a Kyungsoo le gustaba. Y Chanyeol no creía que eso significaba absolutamente nada. El que le gustara, no lo hacía menos hombre o alfa.
—La pasamos bien, eso es todo lo que importa —susurró, oliendo el pelo de Kyungsoo. Pasó un brazo alrededor de él y lo atrajo hacia sí—. Dime cómo quieres que sea tu omega.
Kyungsoo permaneció en silencio durante un largo minuto, hasta que finalmente respondió: —Alto, cabello oscuro, guapo.
Era su respuesta habitual, pero Chanyeol no quedó satisfecho. —Dime algo más que eso. ¿Qué sea cómo? Por dentro.
Kyungsoo se encogió de hombros. —No sé. Nunca pienso mucho en ello. Sólo en estar dentro de él. Reproducirnos. Eso es todo. De todos modos no importa lo que yo quiera. Nuestros cuerpos elegirán, si tenemos suerte. Reaccionaremos a las feromonas de un extraño, lo imprimaremos, y ya.
Chanyeol frunció el ceño. —¿Por qué suenas tan desanimado al respecto? —Él pensaba que era romántico. Encontrar a tu Érosgápe, reconocerlo inmediatamente, sintiendo una oleada de lujuria y propiedad. Acarició el brazo de Kyungsoo perezosamente—. Es la forma en que ha sido siempre. —Por lo menos desde la Gran Muerte.
Kyungsoo se encogió de hombros antes de voltearse y apoyarse sobre su codo para alcanzar los pañuelos en el buró. —Exactamente. Es la forma en que ha sido siempre. Así que, ¿para qué pensar en ello? Tendremos lo que tendremos y no nos quedará de otra.
Chanyeol permitió que Kyungsoo saliera de sus brazos para limpiarse, haciendo un pequeño puchero. Él no pensaba en absoluto de esa manera, y deseaba que Kyungsoo tampoco lo hiciera.
Encontrar a su omega sería lo mejor que podría pasarle si tuviera la suerte de que este fuera su Érosgápe. No importa de quién se tratara, si era su Érosgápe, sabría que sería feliz. Extasiado. Enamorado. Vivirían por siempre felices en su unión. Al igual que sus padres y abuelos lo fueron.
¿Por qué querrían tener de otra?